Cuando pensamos en vitamina C, es probable que nos venga a la mente la idea de que puede prevenir o mejorar los síntomas del resfriado, pero ¿realmente lo hace o es sólo una idea popular?
A continuación, te explicamos cómo la vitamina C ayuda a nuestro sistema inmunitario.
¿Cómo ayuda la vitamina C a nuestro sistema inmunitario?
La vitamina C fortalece nuestro sistema inmunitario al actuar como un potente antioxidante y apoyar la función de los glóbulos blancos, que son los principales encargados de defender a nuestro cuerpo.
Nuestro sistema inmune necesita una serie de micronutrientes para funcionar de manera óptima, y uno de los principales es la vitamina C.
La vitamina C tiene una acción antioxidante que ayuda a regular la acción de los glóbulos blancos, disminuyendo la inflamación y, con ello, los síntomas asociados a la inflamación.
Tomemos como ejemplo el resfriado común, causado principalmente por virus. Cuando un virus entra por la vía respiratoria, los glóbulos blancos liberan diversas sustancias proinflamatorias, para poder eliminar al invasor.
Mientras los glóbulos blancos siguen buscando eliminar al virus, ocurren las reacciones inflamatorias que percibimos como los síntomas típicos del resfriado: fiebre, dolor de cabeza, etc.
Estas reacciones son sumamente efectivas para eliminar al virus o infección, pero el problema es que el exceso de radicales libres producidos pueden terminar afectando a nuestro propio organismo, causando estrés oxidativo.
Por eso, un ingrediente fundamental si quieres dejar de enfermarte tanto, es consumir suficiente vitamina C.
Vitamina C: el antioxidante por excelencia
La vitamina C se encarga de neutralizar, es decir, ayuda al cuerpo a deshacerse de los radicales libres.
Los radicales libres, que funcionan como dardos que atacan al virus o infección, son una de las principales sustancias que el cuerpo libera para protegerse de sus enemigos.
El problema es que cuando hay exceso de radicales libres circulando en el cuerpo genera estrés oxidativo, que ocurre como consecuencia de una infección, pero también ocurre en casos de intestino permeable, alergias, obesidad, problemas metabólicos como diabetes, estrés crónico, envejecimiento, entre otros.
Por eso, esta vitamina es parte indispensable para la inmunonutrición, que es la relación entre nuestro sistema inmunitario y los alimentos que consumimos.
Consumir suficiente vitamina C, ayuda a disminuir los síntomas asociados a inflamación o infección. Adicionalmente, esta acción antioxidante se traduce en la estimulación de los linfocitos T reguladores, un tipo de glóbulo blanco que ayuda a detener las reacciones inflamatorias.
Otro de los beneficios de la vitamina C es que estimula la producción de colágeno, teniendo un efecto positivo sobre la cicatrización. De esta forma ayuda a mantener nuestra primera barrera natural (la piel y la mucosa gastrointestinal) íntegra y apta para evitar infecciones.
Ya que nos ayuda a regular nuestro sistema inmunológico y a mejorar la cicatrización, es importante mantener niveles de vitamina C adecuados.
Es sumamente importante que tengas en cuenta que la vitamina C, por sí sola, no es suficiente para garantizar el funcionamiento del sistema inmunitario, ni puede cumplir con sus funciones si tenemos un intestino permeable que haga que además tengamos déficit de otros nutrientes, como: aminoácidos, probióticos, minerales como el selenio y el zinc, y muchos más.
Para sanar el intestino, te recomendamos aplicar Protocolo 3R de Inmunonutrición, en el que te ayudamos a priorizar Reponer este nutriente a través de alimentos amigos para ti de fácil digestión y Remuevas aquellos alimentos enemigos de difícil digestión y que permean e inflaman tu intestino.
¿Qué es la vitamina C?
La vitamina C, también llamada ácido ascórbico es un micronutriente que se encuentra en múltiples alimentos y complementos alimenticios, y que es necesario para que nuestro cuerpo pueda llevar a cabo varias de sus funciones.
Según una hoja informativa de la Oficina de Suplementos Dietéticos del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos, las dosis de vitamina C que necesitamos son distintas en cada etapa de la vida, como podemos ver en esta tabla:
Adaptado de la hoja informativa con datos sobre la vitamina C de la Oficina de Suplementos Dietéticos del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos.
Con una dieta equilibrada, la mayoría de las personas consumen las dosis diarias recomendadas de vitamina C.
Sin embargo, por el estilo de vida que llevamos tan cargado de tóxicos, contaminación, alimentación inflamatoria, envejecimiento prematuro, uso de cigarrillos o vapeadores, estrés crónico e infecciones recurrentes, necesitamos mayores dosis de esta vitamina.
¿Cómo se obtiene la vitamina C?
Nuestro cuerpo no puede fabricar vitamina C, y por ello necesitamos obtenerla de los alimentos.
A continuación, te dejamos una lista con los principales alimentos en los que podemos conseguir altas dosis de vitamina C:
- Frutas cítricas (por ejemplo: naranjas, toronjas y kiwi), así como pimientos rojos y verdes. Estos alimentos son los que contienen una mayor cantidad de vitamina C.
- Otras frutas y verduras, como tomates, fresas, melón, brócoli y papas. Tienen un menor contenido de vitamina C, pero nos ayudan a complementar nuestros requerimientos dietéticos.
- Alimentos y bebidas fortificadas con vitamina C que pueden ofrecernos una fuente adicional de esta vitamina. Ten en cuenta que debes revisar la etiqueta del producto para verificar su contenido de vitamina C.
- Suplementos de vitamina C. Aunque los suplementos alimenticios no suelen ser la mejor opción, en algunos casos podrían ser necesarios. Recuerda que debes consultar a tu médico antes de decidir utilizar cualquier suplemento.
Es importante que tomes en cuenta algunas consideraciones dietéticas adicionales, como la forma en que prepares estos alimentos, ya que esto puede afectar el consumo de vitamina C.
Esto se debe a que el contenido de esta vitamina en el alimento puede reducirse durante la cocción, por lo que es recomendable comer estos alimentos crudos, o cocidos al vapor o en horno.
De esta forma se conserva la mayor parte de los nutrientes que contienen.
Funciones y beneficios de la vitamina C
La vitamina C es necesaria para que se lleven a cabo múltiples reacciones enzimáticas, y por ello cumple una serie de funciones en nuestro organismo.
Entre las más importantes destacan las siguientes:
- Ayuda a reducir el daño oxidativo causado por los radicales libres durante las reacciones inflamatorias, ya que es un potente antioxidante.
- Favorece la síntesis de colágeno, lo que nos ayuda a que las heridas sanen de forma adecuada, restableciendo la barrera que nos protege de los agentes externos.
- Promueve la absorción del hierro a nivel del intestino delgado, por lo que es recomendable consumir alimentos ricos en hierro con alimentos ricos en vitamina C para prevenir la anemia.
- Actúa en el metabolismo de los ácidos grasos y, junto con su acción antioxidante, protege al corazón y los vasos sanguíneos de la acumulación de grasas.
- Participa en la síntesis de algunos neurotransmisores, los cuales son necesarios para que nuestro sistema nervioso funcione correctamente.
¿Qué ocurre si no consumo suficiente vitamina C?
La deficiencia de vitamina C de forma prolongada puede ponerte en mayor riesgo de desarrollar síntomas como:
- Inflamación y sangrado de las encías
- Aparición de manchas rojizas o moretones en la piel
- Dificultad para la cicatrización de heridas
- Alteraciones digestivas, como intestino permeable
- Cabello seco y frágil
- Piel seca
- Inflamación y dolor en las articulaciones
Cada vez es más frecuente encontrar casos de déficit de esta vitamina: como en casos de fumadores, personas con una dieta poco variada, personas con intestino permeable, problemas metabólicos o cursando con algún tipo de respuesta inmunológica exacerbada (por ejemplo, en enfermedades autoinmunes), entre otras condiciones.
Además de estos síntomas, hay exámenes especializados que nos ayudan a determinar si la persona tiene deficiencia de Vitamina C (y otras vitaminas), pero que no ha asociado a sus síntomas o enfermedades.
Por eso, en NutriWhite tenemos un equipo de expertos en inmunonutrición preparados para ayudarte a potenciar tu salud.
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